El excepcional valor del arte medieval como expresión, gestor y creador de su época le hace acreedor a una investigación profunda que, a la luz de los múltiples modos de enfoque de la moderna historia del arte, desvele toda su multiplicidad de procesos crativos y, a la vez, significados. Los trabajos realizados dentro de esta línea de investigación han pretendido brindar una nueva orientación metodológica, sin olvidar los análisis de tipo tradicional y raíces decimonónicas [raíces que han desarrollado el esquema clásico propio del anticuariado de maestros y talleres , al que hemos superpusimos en nuestras primeras investigaciones otro más abarcador y orgánico de secuencias y modos estilísticos] interesados en los aspectos formales, tipológicos o iconográficos, ni los que más cercanamente han planteado el estudio del arte medieval en relación a su inserción en la sociedad y la cultura contemporáneas. De esta manera, hemos situado el arte medieval, sea el llamado románico o el llamado gótico, en un proceso creativo altamente receptivo y fluido que recibe imputs locales-con sus condicionantes propios-pero que a la vez es consecuencia de complejos planteamientos comunes a las áreas europeas- no sólo las cristianas evidentemente-y las transferencias culturales que podríamos mal llamar orientales.