Local-Global
A lo largo de mi carrera como historiador que se forma en un territorio en el que la creación artística se puede considerar, en un principio, local o periférica en relación a los centros generadores no ya de arte sino de conceptos liminares de lo artístico, la relación entre lo local, con sus diversas acepciones y lo global, igualmente, en su espectro más diverso, ha sido constante motivo de reflexión y por ende de reflexión. Buena parte de las publicaciones, tanto las de carácter aparentemente local como las significayivamente globales reflejan ese proceso de reflexión que se artícula en consideraciones que se pueden considerar básicas pero que han resultado ser verdaderos soportes conceptuales de las líneas de investigación. Por una parte se ha analizado el problema que suponen los cambios de escala de la historia, es decir: pasar de los procesos macrohistóricos a los microhistóricos y viceversa, dando especial sentido a la cuestión del análisis de los casos particulares o casos de estudio y de las experiencias históricas singulares. En este sentido nuestra propuesta ha sido radicalmente opuesta a la positivista de la historia local o regional basada en la descripción puntual, acumulativa e intrascendente de hechos considerados de manera aislada y en si mismos. Cuando se han trabajado casos de estudio , estos se han planteado entendiéndolos como lugares de experimentación o de hipótesis que modifiquen, enriquezcan o refuten totalmente el marco global de su definición. Este proceso nos ha permitido, al mismo tiempo, retornar a la macrohistoria para reproponer, a su vez, nuevas hipótesis y nuevos modelos, más capaces de dar cuenta real de las distintas situaciones concretas a las que ellos aluden. Esta vuelta a la macrohistoria y a la consideración global del hecho artístico ha tenido su principal definición en la exposición Arte y Cultura en torno a 1492, celebrada en Sevilla en 1992.