Tekné. Revista de Arte. 3.1987-1989, págs.23-26.
Como bien se ha apuntado en diversas ocasiones […]es lícito afirmar que Alemania, desde mediados del siglo XIX hasta poco más del primer cuarto del siglo XX, fue el caldo de cultivo de la moderna historia del arte[…]. En sus universidades y bajo la larga sombra de la tradición filosófica, del pensamiento de Kant, Hegel y Schopenhauer se formaron expertos, eruditos, estetas, pensadores, críticos o historiadores, entre cuyas últimas figuras destaca la de E. Panofsky (Hannover, 1892 - Princeton, 1968). Panofsky tuvo una formación plenamente germánica. Sus estancias en diversas universidades del país, primero como alumno (de 1910 a 1914 frecuentó las universidades de Friburgo, Berlín y Münich) y posteriormente como profesor de Historia del Arte en la Universidad de Hamburgo (desde 1921 hasta 1933, fecha de su emigración a los Estados Unidos) , enfocaron en un primer instante y consolidaron después sus tempranas inclinaciones en el campo de las artes y antigüedades. Fue en la última de las ciudades mencionadas, Hamburgo, donde Panofsky acabó por coordenar sus pensamientos y centrar su enfoque metodológico del análisis artístico. Como la de Viena, entre cuyos representantes se contaban Riegl, Dvorak, Schlosser, Sedlmayr y Gombrich, la escuela de Hamburgo se preocupó básicamente de convertir la historia del arte en una historia del espíritu o de las ideas. El Instituto Warburg, fundado por el historiador del arte Aby Warburg (1866-1929) se convirtió en la fragua de la nueva disciplina historiográfica -la iconología-, que, asentándose en su concepto en el pensamiento filosófico de Ernst Cassirer (1874- 1945) llevó a sus máximas consecuencias Panofsky[…]. ( Joan Sureda, de «Panofky en sus textos»).