(Sureda,J. ; Freixas, P.; Fontana, J.; Muñoz Corbalán, J.M.; Subirana i Rebull, R.M.; Anguera, P; Triadó, J.R.; March,E.; Riquer, B.de; Socias,I., Laborda, A.; Barrull,J.; Casanovas,J.M.; Duch, F.X.; Montaner, J.M.)
El Palau que ocupa el Parlament de Catalunya es el principal testigo material que queda en pie de la represión que sufrió Catalunya por apostar a principios del siglo XVIII por los augsburgos y no por los borbones en la Guerra de sucesión de la corona de España. En tanto se producía el consiguientr despojo político, económico, social y cultural de Catalunya y, en particular, de Barcelona, Felipe V mandó fortificar la ciudad y levantó otra ciudad, una ciudad militar-Ciutadella-que arrasó parte del barrio de Ribera. El libro incia sus análisis con un capítulo de Joan Sureda que analiza las primeras imágenes que se conservan del parlamentarismo catalán: pinturas murales y miniaturas principalmente de las asambleas de paz y tregua, y de la celebración de las cortes catalanas. El segundo capítulo, firmado por el doctor Pere Freixas, ofrece una aproximación a las iglesias y palacios donde se celebraban tales cortes y a la arquitectura gótica que las acogió. En el tercer capítulo, el profesor Josep Fontana traza el mapa de las situaciones generadas por el conflicto sucesorio entendiéndolo como una lucha en defensa de las libertades y las espectativas de progreso en Catalunya. En el cuarto capítulo, el profesor Juan Miguel Muñoz Corbalán estudia la construcción de la Ciutadella, obra encargada al ingeniero militar Jorge Próspero de Verboom, y de sus principales edificaciones, entre ellas el Arsenal. El capítulo dedicado monográficamente al Arsenal, almacén de pólvora y armas, lo firma la profesora Rosa Maria Subirana i Rebull. En el sexto capítulo, el profesor Pere Anguera analiza el carácter represivo de la ciudad militar, carácter que el paso del tiempo la convirtió en lugar obligado a desaparecer. En 1869, el gobierno cedió la Ciutadella a Barcelona, si bien no fue hasta 1888, con motivo de la exposición Universal, cuando sufrió un profundo cambió que solo dejó en pie la antigua plaza de armas, el Arsenal, el Palau del gobernador y la iglesia. Fue un momento arquitectónicamente clave en el que se pretendió transformar el Arsenal en Palacio real, circunstancia que es estudiada por el profesor Joan Ramon Triadó.En septiembre de 1902, el consistorio barcelonés decidió abandonar la idea de Palacio real y el edificio fue cedido a la Junta Municipal de Bellas Artes y Museos para convertirlo en sede del Museo de las Artes Decorativas. El proceso de transformación del palacio en museo lo desarrolla la profesora Eva March en el octavo capítulo. El dibujo básico del actual Parlament es, pues, el del museo de 1915, un museo que recibió en los primeros años 20, entre otras muchas obras, las pinturas murales románicas de Sant Climent de Taüll. La situación de pérdida de libertades de 1714 llegó a su fin con la Segunda República, fin simbolizado en noviembre de 1932 por las elecciones al Parlament de Catalunya y por la obra legislativa del Estatut que dibujó las líneas fundamentales de la autonomía catalana basada en los principios doctrinales del liberalismo progresista, laico, reformista y republicano, tal como plantea el profesor Borja de Riquer en el noveno capítulo. La profesora Immaculada Socias, en el décimo, expone el problema de la elección del lugar para acoger el nuevo Parlament: ¿edificio de nueva planta o edificio histórico? Fueron el consejero de Gobernación, Josep Tarradellas, y el presidente Francesc Macià los que finalmente optaron por el Palau de la Ciutadella, antiguo Arsenal y por aquel entonces museo. El 27 de enero de 1939, las tropas del general Franco asaltaron la sede parlamentaría. La historia del Palau en los 40 años siguientes es estudiada por Adela Laborda y Joan Sureda en el capítulo doceavo del libro. El Palau se convierte de nuevo en sede museística y de exposiciones, con las colecciones de Arte Moderno que se instalan definitivamente en 1957. Este largo paréntesis parlamentario es el que analiza históricamente el profesor Jaume Barrull en el decimotercero capítulo del libro. La última reconversión del viejo Arsenal en sede del actual Parlament de Catalunya es afrontada por los arquitectos Josep Maria Casanovas y Francesc Xavier Duch. En el último capítulo del libro, el profesor Josep Maria Montaner analiza la cuestión de la necesidad o no de una nueva sede para el Parlament. Fotografías de Pepe Navarro. SUREDA, J.«Les primeres imatges d’una historia fragmentada», págs. 15-25; SUREDA, J.; LABORDA, A., «De Parlament a museu», págs. 169-173.